La justificación del alto precio es la exclusividad del CLK GTR. Sólo 20 unidades del modelo cupê y seis del roadster fueron fabricadas, haciéndolos superesportivos rarísimos.
Con carrocería de fibra de carbono y avanzados sistemas de movilidad y cambio, el auto, desarrollado en gran medida por la AMG, división deportiva de Mercedes-Benz, esconde un colosal motor 6.9 V12 de 612 cv.
Según datos de la fábrica, el CLK GTR acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3 segundos y alcanza la velocidad máxima de 322 km/h. Considerado el Bugatti Veyron de su tiempo, el superesportivo de Mercedes, cuando aún era producido, cargaba el título de coche más caro del mundo, vendido por cifras por encima de los US$ 1,2 millones (R$ 2,1 millones).
El modelo, en una versión aún más extrema, también tuvo éxito en la categoría FÍA GT, donde fue conducido rumbo al pódio por el piloto brasileño Ricardo Zonta, ex-piloto de Fórmula 1 que corrió por los equipos BAR, Jordan y Toyota y actualmente está en actividad en la Stock Car brasileña y competiciones de larga duración por la Peugeot.


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